La Vida, el Gran Viaje

Enseñándome a ser adulta 

Recuerdo cuándo iba a la escuela y solo tenía que preocuparme por hacer la tarea y asear mi recamara y mi cuerpo. No había que administrar, pagar, luz, Internet, comida, hacer la despensa, trabajar, ganar dinero y que todo te alcance para todo esto y lo también para cumplir tus sueños. No niego que esto de ser adulto tiene sus ventajas, nadie te dice nada, nadie te obliga a nada, tienes absoluta libertad, puedes hacer lo que quieras, es más podrías solo acostarte y dormir todo el día, o quizá quedarte el resto del tiempo mirando T.V. o perdiendo el tiempo mirando fotografías de Facebook, osea, lo que sea, que es tan fácil de hacer, pero luego, en algún momento te va a dar hambre, y para eso necesitas comida y por ende dinero. Y de repente todo tiene sentido, jajaja, la libertad tiene lo suyo. Nadie te molesta, pero tampoco nadie te provee, en realidad a nadie le importa, y entonces comprendes que desde ahora tienes que hacerte responsable de tu existencia y entender tu propósito. 

No ha sido fácil comenzar a planear un proyecto de vida. Nunca había estado sumergida en tantas responsabilidades, que en realidad ni son tantas, si pienso en todas esas personas que además tienen que mantener a sus hijos y a sus padres, yo estoy sola, bueno con mis perritos y mi esposo, pero nada que implique tantas preocupaciones. Sin embargo estamos buscando la manera de trazarnos un camino del cual nos sintamos orgullosos. Y esto es tarea de todos los días, hacerte de nuevos hábitos, desacerté de los malos, estar contigo mismo, hablarte a ti mismo, planear, ahorrar y ser fiel, aunque flexible con todas tus decisiones. 

Bueno la verdad me siento orgullosa porque ya llevo todo lo que va de este año 2018 comiendo bien sano y llevando una agenda con objetivos fijos que luego se convierten en mas lejanos de lo que pensé que serían. pero no importa, bien dicen que los sueños no tienen fecha de caducidad, mas bien lo que importa es que estas haciendo con tu tiempo ahora, lo demás solo vendrá, siempre se cocha lo que se siembra. Yo confió en el universo.